Agencia MANLTlalnepantla, Méx.- - El padre Gerardo Romero Hernández puede moverse libremente por el territorio al no tener una acusación en su contra, en caso de que haya pruebas de violencia física o sexual contra la menor de edad, la Procuraduría General de Justicia del estado de México (PGJEM) debería proceder contra el párroco.
Así lo expresó el procurador General de Justicia del Estado de México, Alfredo Castillo Cervantes al ser cuestionado por los medios de comunicación, luego de que ayer martes 22 de febrero pasado Ana Jimena Martínez, de 17 años, dio a conocer a su familia que se encontraba en la ciudad de Cholula, Puebla, tras seis días de desparecida.
Una vez que apareció y debido a que Ana presuntamente sostenía una relación sentimental con el presbítero Gerardo Romero Hernández , la PGJEM determinará en las próximas horas si existe algún delito por el cual debiera responder el sacerdote.
Según el acta ATI/I/594/2011 iniciada por los padres de Ana Jimena por su desaparición, dijo Alfredo Castillo, y al no tener una acusación en contra de Romero Hernández, ni orden de aprehensión u otro tipo de mandato, “puede moverse libremente por el territorio limitativo de su libertad”.
“Nosotros desde el día de ayer, martes, antes de que apareciera la menor ofrecimos todas las garantías para esa persona (el sacerdote) en el sentido de que no sería detenida sino que queríamos saber en este caso cuales eran los motivos y la circunstancia”.
Explicó que por oficio el MP sólo tenía que validar que no existiera violencia física o sexual de la menor porque se podría configurar un delito y, en este caso, “ella está en perfectas condiciones físicas”.
Detalló que no se configura la privación de la libertad, ni el estupro ni la violación equiparada, pero en este caso tuviéramos violencia física o sexual, “nosotros deberíamos proceder, pero en este caso no es así”.
La PGJEM ofrece “todas las garantías” para se presente el sacerdote para saber lo que pasó que no iba a estar detenido, y en caso de que el párroco declare no será en calidad de responsable.
“No quiero abundar para no hablar de más, porque queremos la declaración del párroco. Si había una relación afectiva, no amorosa, en donde esta persona tenía un tipo de afección por esa persona y se sentía protegida por esa persona”, expresó.
Por último, destacó que lo importante en este caso, es que la menor ya está en su casa y esta en perfectas condiciones de salud físicas y emocionales.
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